El presidente del Cartagena ha ofrecido el 15 por 100 que tiene del club a La Hita, que ha rechazado el planteamiento. El socio principal de Duino medita apartar de cualquier función ejecutiva a Belmonte y a Breis.
GREGORIO LEÓN
El Cartagena habita una pesadilla que no tiene fin. Ha perdido la categoría antes de que llegara el Domingo de Resurrección, y está haciendo oposiciones firmes para convertirse en uno de los peores colistas de la historia de la categoría, solo superado por el Reus y por el Sevilla Atlético. Aún está a tiempo incluso de superar el registro infamante del filial del Sevilla. Podrá evitarlo si suma dos puntos desde ahora al final de la temporada, cada vez más próximo. Pero no es la realidad deportiva la que produce desvelos en la hinchada albinegra, sino el horizonte tenebroso al que se asoma.
El presidente de la entidad, Francisco Belmonte, ha hecho un movimiento para echarse a un lado, poniendo en venta su participación del 15 por 100 en Duino Inversiones, la empresa propietaria del Cartagena. El dirigente ofreció su porcentaje a los dueños de La Hita, una de las empresas más pujantes del campo de Cartagena. Además de varias gasolineras, están en el sector de alquiler de maquinaria y también llegan sus tentáculos a operaciones inmobiliarias, con el movimiento de tierras para levantar edificaciones. Su vínculo con el fútbol no es nuevo. La Hita impulsa desde hace más de una década la Escuela de Fútbol de Torre Pacheco, que tiene lazos tendidos con el Villarreal. Un fruto visible de esa relación fue la llegada de pachequero Adrián Marín al Villarreal. Y no solo eso. La Hita también colaboró durante un tiempo con el Cartagena, pero aquella relación no duró demasiado tiempo.
El responsable principal de La Hita ha rechazado el ofrecimiento de Belmonte, cuya voluntad de desaparecer de la escena pública es declarado. Pero no encuentra comprador. Ni tampoco el otro socio, el principal, el que tiene voz y capacidad ejecutiva, Fernando Carreño, con un paquete accionarial del 85 por 100 de Duino Inversiones.
Duino. Esa es la empresa que debe determinar el futuro del Cartagena. Y justamente es Fernando Carreño, por el alto porcentaje de acciones que obran en su poder, quien tiene la última palabra. Y Duino está recibiendo el consejo de apartar de cualquier función ejecutiva a Francisco Belmonte y a Manuel Sánchez Breis, considerados un lastre para el desarrollo futuro de la entidad. La repulsa a la figura que ambos representan roza la unanimidad. Y la parte principal de Duino es perfectamente consciente de eso, y estaría buscando fórmulas para que no tengan papel alguno en el Cartagena 2025/26.