El murciano gana en dos sets (6-4 y 6-2) a Roman Safiullin y ya está en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos, donde le espera Tommy Paul (este jueves, a las 14 horas).
GREGORIO LEÓN
Apretaba el calor en la Suzanne Lenglen. Albert Molina se ponía crema solar. Pocas cabezas descubiertas. Gorras, sombreros... Una temperatura tropical que obliga a multiplicar esfuerzos. Nadie regala una medalla en los Juegos Olímpicos. Pero Carlos Alcaraz sigue afanado, persiguiendo su sueño. Y lo hace con tranco largo. Con zancadas poderosas. Con la perspectiva de un exigente duelo después en dobles, debía economizar esfuerzos y energía. Y por eso resolvió el partido ante el ruso Roman Safiullin con tiento, sin desviaciones en el camino. Ya está en cuartos de final, donde le espera Tommy Paul.
El desenvolvimiento de Carlos Alcaraz fue impecable durante los primeros juegos. Encadenó tres consecutivos, a modo de declaración de intenciones. Todo parecía ir rodado. La derecha le funcionaba. Le entraban los primeros servicios. Era rápido e intuitivo al resto. Pero Safiullin se atrevió también a expresarse, con un break para darle emoción a la manga. Carlitos se arremangó y la cerró con un remate invertido. Un winner más para la colección. 6-4.
El murciano prosiguió en la misma línea de seriedad en el capítulo siguiente. Safiullin, jugador que atesora también no pocas capacidades, lo sorprendía con alguna dejada, intentando comprometerlo. Pero cuando aparecían los riesgos, Carlitos los espantaba con aces, con cualquiera de los mil recursos que maneja la joya de Murcia. El público se puso en pie cuando vio a Alcaraz ejecutando un resto con revés cruzado, que replicó en el siguiente punto. Una doble delicia para que, ya con su servicio, completar el trabajo.
La medalla está cada vez más cerca. El encuentro entre Alcaraz y Paul tendrá lugar este jueves a las 14:00 horas
