El Murcia gana al Villarreal "B" (1-0) y queda a cuatro puntos del líder. 14.228 espectadores vieron el partido en Nueva Condomina.
GREGORIO LEÓN
En medio de un atmósfera cargada, con la herida del arbitraje de Alcorcón todavía sangrando, se presentó este Murcia-Villarreal "B". Pancartas contra Román Román en los aledaños del estadio, bolsas negras en el fondo sur y el grito unánime de "¡Corrupción en la Federación!" fueron las expresiones más claras de la irritación de la afición grana. Un clima turbio, en el que también entraba la victoria matinal del Ceuta ante el Castilla en Valdebebas. Pero el Murcia hizo un ejercicio de funambulismo para seguir en la pelea. Y un jugador ejemplifica como ningún otro esa capacidad de resistencia murciana, ese empeño en el ascenso directo, por malas que parezcan las cartas que ha barajado el destino. Flakus, el esloveno fichado por Asier Goiria en el mercado de invierno, marcó un golazo, el sexto suyo, para dejar prendida la llama de la esperanza.
El juego del Murcia en el primer tiempo fue descolorido. Cuando no tienes la pelota, las complicaciones llaman a la puerta. Y menos mal que apareció la figura de Flakus. El esloveno, después de una conducción de unos pocos metros, con la determinación que tienen los goleadores por instinto, lanzó un trallazo que voló a un ángulo imposible de Iker Álvarez. Fue la mejor jugada grana. Lo demás, resistencia, sobresaltos y angustia. Hasta dos veces lanzó el Villarreal "B" a la madera. Los castellonenses acamparon en terreno grana.
La segunda parte ofreció al principio el mismo panorama. Fogosidad en el filial del Villarreal. Miedo en los grana. Pero la salida de Loren Burón y Pedro Benito y el ímpetu del público dio nuevas energías al Murcia. Aun quedaban varios giros de trama, con nuevos hostigamientos de los visitantes, que tuvieron el empate en la mano. Víctor Valverde, solo en el segundo palo, perdonó el 1-1, entre el estupor general.
No fue una versión óptima del Murcia. Pero los tres puntos se quedaron en Nueva Condomina.