A Alcaraz no se le tose en Barcelona

Carlos Alcaraz se reencontró con el Godó superando el habitual e incómodo trámite del debut. El tenista murciano estrenaba su recuperada segunda posición del ranking mundial ante un Ethan Quinn que le fue complicando las cosas con el paso de los minutos. Ganó Alcaraz, y ya van once victorias consecutivas en el Open de Barcelona tras levantar el torneo de 2022 y 2023 (el año pasado causó baja por lesión), que ahora se medirá al serbio Laslo Djere, el jueves, en la ronda de octavos de final.

Inició el choque en la pista Rafa Nadal con Quinn salvando tres bolas de break en el primer juego y provocándolas al saque del murciano segundos después. Salvados dichos contratiempos, y con 1-1, Alcaraz metió la directa y pasó el rodillo sobre la arcilla barcelonesa. Enganchando puntos sin rubor se colocó 5-1, Quinn salvó con su saque la primera bola de partido, pero con el servicio a favor de Carlos la primera manga concluyó 6-2 en tres cuartos de hora.

Lo que parecía un paseo militar se convirtió en uno de esos encuentros que acostumbra últimamente Alcaraz en el que sus rivales dan con la tecla para hacerle sudar más de lo previsto. Carlos rompió el saque del 126 del mundo, pero Quinn se lo devolvió. Y la cosa se puso difícil porque el estadounidense se fue hasta el 1-3 tras firmar el segundo break consecutivo. Carlos le vio las orejas al lobo e igualó 3-3. Pero Ethan no aflojaba y llevó el choque hasta el 5-5, pero ahí Alcaraz decidió que la película debía ir llegando a su fin. Rompió con un paralelo la inercia de Quinn y tras un break que parecía determinante, el norteamericano se lo devolvió provocando un desempate. El murciano tiró de galones en el tie break y se impuso, con muchos más apuros de lo esperado, por 7-6 (6).

Ahora Alcaraz se medirá a Djere, que batió al galo Rinderknech por 6-7, 6-1 y 6-2, probablemente el jueves. Sólo se vieron las caras una vez, fue en 2023 en Buenos Aires, y Carlos acabó levantando aquel trofeo, también en arcilla. Buen presagio.