En la actualidad apenas subsisten ocho talleres. El encarecimiento de la materia prima y la competencia de las empresas internacionales que trabajan con IA y robots
En TotanA, la industria del barro sigue viva, pero necesita relevo generacional. La alfarería en esa localidad del Guadalentín se remonta a la Edad del Bronce, a la cultura argárica. Prueba de ello son los restos hallados en el yacimiento de La Bastida. Desde entonces, generaciones han moldeado el oficio, con sagas dedicadas a esta artesanía desde hace más de tres siglos.
Francisco Javier Tudela, actual concejal con competencias en Comercio y Premio Nacional de Artesanía 2025, es heredero de este legado. Su familia lleva trabajando el barro desde 1786 en el afamado Alfar Tudela. Este artesano relata a Onda Regional que "tengo fotos danto piezas de barro a mi padre y mi abuelo".
Explica que ha visto "muchas crisis en el sector pero se podía sobrevivir pero ahora el precio de los combustibles y las materias primas" complica las cosas, según señala. Tudela pone en duda que pueda llegar a la jubilación en este trabajo porque ahora "siguen trabajando a mano cuando hay empresas internacionales cierran usando inteligencia artificial y robótica".
En el Alfar Hernández, reconvertido en plató para la película Sorda, Pedro Hernández ha hecho de figurante, pero su verdadero papel está en mantener vivo el taller. Supo ver el declive. Hoy, su principal fuente de ingresos son los talleres escolares para niños de la Región de Murcia. Explica que "el turismo aquí ha ido bajando de fuerza y los talleres infantiles iban funcionando más y ahora me estoy centrando en esto" y se felicita porque esto "le ha hecho disfrutar más con mi trabajo". En este momento subsisten ocho talleres de alfarería en Totana.
