Desde Medio Ambiente se trabaja ahora para conocer el estado real de los bosques murcianos con más de un millón de árboles afectados
La Región se enfrenta en los próximos años a un reto importante: gestionar la mortandad masiva que ha asolado los bosques de la Región después de la sequía de los últimos años. Aunque puede parecer simple, es un proceso muy complejo que abarcará varios años y que precisa de un análisis previo, fase en la que la Comunidad centra ahora sus esfuerzos.
La cifra no es especialmente llamativa, un 1.3% de la masa arbórea total de los bosques de la Región. Pero si la trasladamos a términos absolutos llama más la atención este dato: 1.100.000 árboles. Y ya si nos centramos en las zonas, el resultado puede asustar. Cerca de un 80% de los ejemplares en zonas como el Monte Los Cuadros.
Se trata de una situación sobrevenida porque si bien es cierto que se han cumplido más de 100 años de la última reforestación masiva, y eso se habría solventado con la planificación controlada que se lleva a cabo ante la mortandad natural, la sequía lo ha acelerado y multiplicado todo. Según explica Manolo Páez, Jefe de servicio de planificación de Áreas protegidas y Defensa del Medio Natural, desde Medio Ambiente se trabaja ahora para conocer el estado real de los bosques murcianos.
El análisis es complejo ya que no se trata de arrancar y plantar otro pino, hay que estudiar el árbol para saber cómo sacarlo. Hay que ver qué se planta en su lugar y cuál es la mejor opción para la zona. Pero lo primero que se ha abordado es la contención de plagas que afecta especialmente a los árboles débiles. De hecho, destaca Páez, habrá lugares donde no haga falta actuar más allá de la retirada del pino seco, en otros, sin duda, habrá que trabajar intensamente.
El técnico forestal entiende la preocupación de la población pero insiste en que con la naturaleza hay que ser paciente. Es impensable, cuenta, llevar a cabo una reforestación como la de la época de Ricardo Codorníu. Entre otras razones porque la situación no se asemeja a aquella de hace más de un siglo. El presupuesto para esto es imposible de calcular en la fase de trabajo en la que se encuentra Medio Ambiente en este momento. La realidad es que las vistas en muchos bosques de la Región han cambiado, del verde frondoso se ha pasado al amarillo marrón. Es culpa de la naturaleza, porque en la sequía radica la causa principal. Ahora, faltan años para que la situación se pueda revertir. Los técnicos lo saben y piden paciencia aunque son conscientes de que hay zonas donde la imagen es desoladora.