Las obras, que comenzarán después de Navidad, rondan los dos millones de euros y contemplan una reducción del tráfico de vehículos en la zona
Parte de la plaza Juan XXIII de Cartagena se cierra al tráfico para ampliar el espacio peatonal. La rotonda actual se convertirá en una fuente, desaparecen las aceras y se adoquina como el centro histórico, para igualar la superficie de las calles adyacentes.
Las obras, valoradas en 1,9 millones, empezarán después de Navidad a cargo de Hidrogea, la concesionaria del agua, que va a sustituir las antiguas tuberías de hierro. Aprovechando estos trabajos, el ayuntamiento peatonaliza casi toda la plaza, de forma que ya no se podrá llegar en coche desde las calles San Juan y Ronda. Según el jefe de urbanismo, Vicente Pérez, se trata de evitar los aparcamientos sobre la acera y en zonas prohibidas.
Se mantiene el foso del centro, el arbolado y los juegos infantiles y se eliminan los parasoles para instalar bancos corridos. En principio, la reforma no toca las terrazas de los bares. Hostecar se van a interesar por la nueva zona de carga y descarga, según su presidente, Juan José López.
Sólo se podrá atravesar Juan 23 desde la calle Salitre y en dirección a la calle del Parque. En ese tramo se colocan los puestos de flores. Los vendedores temen que baje la clientela si desaparece parte del tráfico.