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REPORTAJE | La pandemia global, el viaje del coronavirus de Wuhan a la Región de Murcia

Conocemos cómo se vivió la pandemia con nuestros corresponsales en la zona noroeste de nuestra comunidad, el campo de Cartagena, la comarca del Guadalentín, la del Altiplano, el Valle de Ricote y la Vega del Segura

ONDA REGIONAL
15 MAR 2025 - 12:02
REPORTAJE | La pandemia global, el viaje del coronavirus de Wuhan a la Región de Murcia
Una cama de hospital y una sanitaria pertrechada con un EPI. Fuente: ORM / Europa Press.
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REPORTAJE | La pandemia global, el viaje del coronavirus de Wuhan a la Región de Murcia
04:40

E. SOLER / V. M. MORENO / A. MARTÍNEZ / C. CABALLERO / P. JIMÉNEZ

La covid 19 trajo la paralización del mundo, y nos obligó a vivir de otra manera. Aprender cada día que era el coronavirus y como sobrevivir a él, en muchos casos también improvisando. Desde ir a comprar al supermercado con la única protección de unos guantes de lavar los platos, hasta que llegaron las mascarillas y por fin las vacunas.

Los primeros casos en la comarca del Noroeste se dieron a las pocas semanas de iniciarse la pandemia en la Región como siempre afectó a los más indefensos. Cómo fueron los brotes del Asilo de las Madres de los Desamparados en Caravaca de la Cruz y el Hospital de la Real Piedad de Cehegín, que dejó más de una veintena de fallecidos. Los núcleos diseminados tampoco se escaparon de los brotes, los que trajeron consigo fallecimientos se dieron en las pedanías de El Calar, El Sabinar y Cañada de la Cruz en Moratalla, así como en Archivel, pedanía esta última de Caravaca. En cuanto al hospital comarcal del Noroeste, el punto de mayor presión asistencial estuvo en noviembre de 2020.

Por fin, el 7 de enero de 2021, llegaron las primeras 300 vacunas al Área IV de Salud, comenzaron las inmunizaciones en el Asilo de Caravaca a los más vulnerables, después vinieron la vacunación masiva en pabellones y teatros de toda el área, con el excepcional trabajo del equipo de Enfermeras y enfermeros del área.

La pandemia en el campo de Cartagena 

La pandemia de COVID-19 afectó también de manera muy importante al Campo de Cartagena, con hospitales saturados y una economía en crisis. El Hospital Santa Lucía, uno de los más importantes, tuvo un 80% de ocupación en sus plantas COVID durante la primera ola. Las UCI estuvieron al borde del colapso en enero de 2021, especialmente durante la tercera ola. Los contagios fueron desiguales: Torre Pacheco alcanzó 90 casos activos en septiembre de 2020, San Pedro del Pinatar 67, y Los Alcázares sufrió mucho debido al turismo estacional. Las residencias de ancianos, como la Virgen del Mar, en San Pedro, también sufrieron brotes graves.

Un sanitario prepara dosis de la vacuna contra la covid. Fuente: Gobierno Foral de Navarra.

El impacto económico fue devastador, con una caída del turismo superior al 70% en zonas costeras. En Cartagena, más de 300 bares y restaurantes cerraron, y la hostelería perdió más de 30 millones de euros en 2020. La paralización del turismo afectó gravemente a la economía local. La llegada de las primeras vacunas en 2020 ofreció esperanza, y para el verano de 2021, más del 70% de la población había recibido al menos una dosis, permitiendo la recuperación, aunque las cicatrices económicas y sociales todavía persisten.

Guadalentín, comarca proactiva ante la covid 

La pandemia en Lorca será recordada, entre otras cosas, por la iniciativa pionera de habilitar un punto de avituallamiento y descanso para transportistas, cuando los restaurantes y cafeterías de carretera estaban cerrados. Los camioneros pudieron descansar y comer gratis en una zona que se habilitó en el Campo de fútbol Artes Carrasco. Muy cerca de allí también se habilitó otra instalación deportiva, el centro internacional de Vóley Playa, para que los sanitarios del Hospital Rafael Méndez pudieran descansar sin necesidad de ir a sus casas y poner en riesgo a sus familiares.

Y es que el centro hospitalario tuvo que soportar una gran carga asistencial, lo que obligó a trasladar a pacientes a otros centros sanitarios e incluso a residencias de ancianos o centros para personas con discapacidad. El coronavirus no tuvo una gran incidencia en la ciudad, aunque en una residencia de ancianos fallecieron dos personas. Además, los agricultores también tuvieron un papel destacado, fumigando las calles con sus tractores.

La covid pasó de puntillas por el Valle de Ricote  

Muchos pequeños o grandes sucedidos durante la pandemia en la Vega Alta y el Valle de Ricote, desde los contagios en la Policía Local de Cieza por carecer de mascarillas hasta los concursos que se organizaban en Archena para fomentar el consumo de bares y restaurantes a domicilio. Uno de los datos para olvidar de la pasada pandemia se dio en Cieza, cuando varios agentes de la Policía Local se contagiaron por carecer de epis. De hecho, estos policías tuvieron que adquirirlas pagándolas de su bolsillo. Aun así, se produjeron varios contagios que dejaron la plantilla casi sin recursos humanos.  En Abarán, llama la atención los múltiples contagios que se produjeron durante un entierro, al que acudieron más de una treintena de familiares con velatorio incluido en pleno confinamiento.

Un sanitario vacuna a un ciudadano. Fuente: Rober Solsona / Europa Press.

El municipio de Ulea fue de los menos afectados por esta pandemia según señalaba día tras día su alcalde, algo similar a los que sucedió en Ojós y Ricote. En Villanueva, varios decesos en la residencia perturbaron el día a día de esta localidad mientras que en Archena podríamos encontrar la nota más positiva, con multitud de acciones de protección por parte del ayuntamiento hacia las personas que tenían que estar en primera línea de trabajo y con acciones y concursos encaminados al consumo a domicilio.

Mascarillas desde el Altiplano para contener al virus 

El virus golpeó fuerte en el Altiplano. El Servicio Murciano de Salud intervino la residencia de discapacitados de Jumilla tras detectarse 25 contagios y la pérdida de una usuaria. Posteriormente Aspajunide tuvo que recaudar fondos para hacer frente a los doscientos mil euros que el covid causó. El virus también fue letal en la residencia de San Isidro de Yecla. En este municipio, cerca de un millar de contagios afectó a la producción de muebles, aunque el sector se vio reforzado porque el confinamiento disparó la venta de mobiliario. 

La pandemia también dejó huella de solidaridad: agricultores con sus tractores desinfectando las calles, mientras, casi 300 trabajadores del mueble confeccionaban mascarillas cuando no había equipos de protección. El hospital Virgen del Castillo de Yecla se reinventó con el esfuerzo de sanitarios mientras Policía y Protección Civil recorrían las calles para dar ánimo a la ciudadanía.

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