Este molusco tiene un potencial de filtrado fundamental para la limpieza de las aguas de la laguna
La turbidez del agua del Mar Menor, se debe, entre otras cuestiones, a la ausencia de nacras. Un molusco con un potencial de filtrado muy importante que está casi desaparecido del Mar Menor. Quédense con este dato. En 2014 la población de nacras en la laguna era de alrededor de 1.800.000 ejemplares, tres años después, apenas quedaban 1.500. Ahora, la administración autonómica se afana por recuperarlas, pero el grave problema son los fondeos de embarcaciones en las pocas zonas donde aun están presentes.
Desde la Comunidad Autónoma se culpa al ministerio de Transportes del retraso en la aprobación de la normativa que debe regular esta práctica y el resto de la navegación por el Mar Menor, pero según Emilio Cortés, conservador del acuario de la Universidad de Murcia, el problema es más complicado porque afecta a distintas administraciones
Se trata de una especie que está en peligro crítico de extinción en todo el mediterráneo a causa de un protozoo que en 2016 acabó con la practica totalidad de ellas. No ocurrió lo mismo en el Mar Menor, aquí, la alta salinidad evitó la entrada de ese patógeno, pero llegó el primer caso de eutrofización y eso supuso la muerte de la mayoría de ellas.
La comunidad autónoma hace un seguimiento a las que aun viven en el Mar Menor y, según Cortés, se ha podido constatar que uno de los principales problemas para su supervivencia son precisamente estas actividades.
Varios equipos de investigadores en todo el mediterráneo trabajan desde hace años en busca de una solución para la falta de nacras. Entre ellos está la Universidad de Murcia. Se trata de conseguir primero su mantenimiento y después su reproducción en cautividad y es en este punto donde las investigaciones, de momento, no están dando resultado
En el laboratorio del acuario de la Universidad de Murcia trabajan en la realización de dos protocolos. Uno para la conservación de la especie y otro para su reproducción, principales objetivos para conseguir el mantenimiento de este molusco, pero nos reconocen que la nacra es una especie muy difícil tanto de una cosa como de la otra.
Como ha explicado Cortés, tras años de investigación, se ha conseguido avanzar en el protocolo de conservación, sin embargo, el de conseguir su reproducción en cautividad, sigue sin dar los resultados esperados.
Cortés asegura que si hoy aun tuviésemos la población de nacras habitual del Mar menor hasta el año 2016, sería una gran ayuda para mantener unas buenas condiciones del agua.