El pontífice ha destacado por su posicionamiento sobre los abusos sexuales en el seno de la Iglesia, la igualdad de género y LGTBI, así como por su reforma de la Curia
La sencillez y la humildad han sido un continuo en la vida de Jorge Mario Bergoglio (Buenos Aires, 1936). Las doctrinas de la Compañía de Jesús se han visto reflejadas durante un papado que ha llegado a fragmentar posiciones dentro de la Iglesia católica, con grandes defensores y mismo número de detractores.
El papa Francisco ha sido claro en temas como los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia. Ha pedido perdón por ello en muchas ocasiones y trabajado por su erradicación. También ha pedido el fin de la pornografía infantil y los abusos sexuales a menores de edad.
Se ha significado para pedir el fin de las guerras: Siria, Ucrania, Israel... Para frenar el drama migratorio provocado por esos conflictos bélicos y por la situación de pobreza y desesperación de personas que huyen de países con menos recursos.
A lo largo de los años ha dado pasos en la igualdad LGTBI. "La criminalización de la homosexualidad es un problema que no tenemos que dejar pasar. No es justo. Las personas de tendencia homosexual son hijos de dios", dijo el papa Francisco. Abrió la posibilidad a que las parejas del mismo sexo, los matrimonios civiles y las uniones de hechos puedan ser bendecidas por la Iglesia.
En la misma línea, ha remarcado la necesidad alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres, así como "luchar contra la plaga de los feminicidios". Ha hablado de cambio climático, se posicionó a favor de la vacunación durante la pandemia del coronavirus, la libertad de prensa o los problemas de consumismo.
"Yo al pecado no le tengo miedo. Le tengo miedo a la corrupción. Porque la corrupción te vicia el alma y el cuerpo. Y un corrupto está tan seguro de sí mismo que ya no puede volver atrás", dijo Francisco, que en alguna ocasión amagó con abdicar, como ya hizo Benedicto XVI.
La reforma económica del Vaticano, ampliamente alabada, se vio manchada en su origen por la filtración de documentos confidenciales por los que el español Lucio Vallejo acabó siendo condenado a 18 meses de cárcel. También destaca la reforma de la Curia, que reorganizó en 2022, tras nueve años de trabajos, la composición y competencias de los diferentes Dicasterios y otros organismos que conforman la Curia romana.